La realización de un trabajo artístico (espectáculo, película…) implica un proceso que acompaña a las personas en situación de desventaja social en su desarrollo personal para prepararlas a su inserción social y laboral.
Las prácticas artísticas estimulan en las personas privadas de libertad el proceso de aceptación y responsabilidad en relación a los delitos cometidos en el pasado y promueven procesos de empoderamiento.
Por otra parte, las representaciones teatrales y proyectos cinematográficos realizados en prisión permiten satisfacer la necesidad de actividad cultural pro el conocimiento, la difusión y la inclusión que hoy en día son las prioridades para cualquier actividad de este tipo. El público de fuera está invitado a entrar en la cárcel (es decir, un lugar que es símbolo de exclusión social) para el consumo cultural de una producción cultural «nacida» en el interior.
Los socios del proyecto han investigado la relación entre la educación no formal y la aplicación de las mejores prácticas en educación artística. En este sentido, la creación de una obra de teatro y de cine se contempla como un proceso que ayuda a los internos en su preparación para la última fase de su condena, la salida y la elección de su plan de educación y de capacitación laboral.
La primera etapa de trabajo con los socios europeos ha dado como resultado un modelo metodológico que ha sido probado y comprobado en diferentes contextos económicos y socioculturales. El desarrollo de este modelo ha posibilitado la integración de los aspectos más destacados de las diferentes prácticas y ha hecho que los socios sean más conscientes del vínculo que existe entre la educación, la producción artística y la capacitación laboral.
Los socios de la asociación de aprendizaje AufBruch (Alemania), Lieux Fictifs (Francia), PREFACE (Francia) y transFORMAS (Barcelona) comparten dos líneas de trabajo en común en relación a su actividad en prisiones: todos son centros permanentes de producción artística y lugares de formación, orientación y trabajo.
Se pretende establecer vínculos más estrechos entre la creación artística, la formación al empleo y los actores políticos. En este sentido, los momentos de intercambio con las otras entidades europeas han apuntado la necesidad de:
El proyecto ha puesto en marcha una reflexión compartida en un proceso dinámico multidisciplinar que ha relacionado diferentes beneficiarios: operadores culturales, adultos en situación de privación de libertad, organismos de formación y/o universidades, administración penitenciaria y departamentos regionales de cultura y/o servicios sociales.
Los acuerdos específicos para este proyecto han sido elaborados entre las organizaciones artísticas que trabajan en cárceles, las administraciones regionales penitenciarias, entidades e instituciones para la preparación y el acceso al empleo y los departamentos de Cultura y/o servicios sociales.
Un ejemplo concreto de las posibilidades de esta colaboración es el hecho que a través de la cooperativa e.s.t.i.a. 25 internos formados como técnicos de luces y sonido serán contratados en el marco de Expo Milán 2015.